jueves, 25 de marzo de 2010

Shutter island



Dirección Martin Scorsese
Guión Laeta Kalogrindis
Fotografía Robert Richardson
Montaje Thelma Schoomaker
Intérpretes Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Max von Sydow...
USA 2010

Hay veces que el espectador medio se siente estafado después de ver una película. En esta ocasión se acusa a Shtter Island de tener un final forzado, de tener una vuelta de tuerca de más, de querer sorprender al espectador y no conseguirlo. Pero eso no es cierto, puesto que no es lo que busca, Scorsese es honesto en el palnteamiento de la película, y no realiza ninguna vuelta de tuerca argumental. Todo está cosntruido mediante el punto de vista al que se acoge, centrado unicamente en Teddy Daniels(Leonardo DiCaprio). Si. Teddy Daniels, puesto que es como cree llamarse el protagonista. Scorsese demuestra ser coherente a la hora de dominar el punto de vista (Gran clave para comprender realmente el cine de Hitchcock), hace que la película mantenga un tono digno, porque si no llega a dominarlo como en la mayoría del cine actual, se hubiese derrumbado toda la película.

Somos advertidos desde el primer momento de la película con qué clase de personaje nos embarcamos, la mostrada dualidad en el plano donde aparece reflejado en el espejo y con el juego de zooms y enfoques que realiza cuando se mira al espejo (A cámara, como mostrandonos su lado más íntimo). La primera visión de su compañero Chuck (Marck Ruffalo) desde el interior de la reja también nos advierte la posición inicial en la que se encuentra Teddy, es decir, encerrado de algún modo. Todo es aparente, la sensación de falsedad del cielo que muestra al inicio, la torpeza de Chuck al quitarse el revolver a la hora de entregarselo a los guardias, la supuestamente excesiva tensión mostrada por los guardias a la llegada, la falta de verosimilitud en la supuesta huida de Rachel de su habitación, y un largo etcétera de una lista que resultaría muy larga.

Shutter Island es un lugar donde la violencia es neutralizada. Teddy es un personaje marcado por la violencia. Scorsese nos crea un lugar confuso, caótico e inquietante, vease el laberíntico pabellón C en contraposición con el impresionante salón del Dr. Cawley (Ben Kingsley), ambos teñidos de un rojo violento. O la cada vez más potente tormenta huracanada, que refleja el progresivo deterioro de Teddy hasta llegar a las mayores migrañas, mostrandonos un personaje perdido en su mundo onírico. Abandona la coherencia en una investigación cada vez más confusa, hasta introducirse totalmente en ella.
ó á í ú é
En esta ocasión Scorsese nos entrega una buena película, pero lejos del gran Scorsese de Toro salvaje o Uno de los nuestros. Sin embargo, está más cerca de sus mejores épocas que en sus anteriores entregas fílmicas. De alguna manera se acerca más al tema que ensambla sus trabajos, la violencia y un personaje que acaba de alguna manera destruido por ella. Y no es de extrañar que la última frase que diga Teddy Daniels sea.

"¿Qué sería peor vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?".


Ni que la última imagen de la película sea el faro, y todos sabemos lo que significaba para Teddy el faro.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Tiempos modernos (Modern times)



Dirección, guión y música Charles Chaplin
Fotografía Rollie Totheroh, Ire Morgan
Intérpretes Charles Chaplin, Paulette Goddard
USA 1936

"Tiempos modernos. Una historia sobre la industria, la iniciativa individual y la cruzada humana en busca de la felicidad"

Y ciertamente es de lo que nos habla Chaplin en esta brillante película, a la que le sumaremos su visión humana de la vida y su rechazo a toda jerarquía que llega a mecanizar al ser humano como borregos carentes de libertad individual. Puesto que las imagenes iniciales en donde compara al rebaño de ovejas con las personas que entran en la fábrica nos marca toda la temática de la que tratará durante la duración de la película.

¿Pero habla? Chaplin no era muy partidario del cine sonoro, o más bien no era partidario del uso que daban al sonido de forma mayoritaria en el cine. Aunque él lo usó de un modo brillante en su segunda película con algún contenido sonoro. De hecho apenas habla nadie de un modo sonoro en la película, su oposición sonora está usada de un modo contundente, solamente hablan aquellos personajes o elementos que obstaculizan a nuestro trabajador protagonista, como cuando el dueño de la fábrica ordena aumentar la velocidad, la presentación absurda de la terrorífica máquina alimentadora o cuando anuncian su indulto en la rádio (puesto que salir de la carcel, suponía perder todas las comodidades que tenía en ella). No hace falta hablar para decir lo que quiere, mostrar es suficiente, todos entendemos lo que dice la canción que canta en el restaurante al final de la película, y eso que la lengua que usa es inventada sólo para esa ocasión. Nos demuestra que un gesto, una mirada o una acción son suficientes para calar hondo.

Por encima de todo esto, Chaplin destaca por su humanismo. Para él la sociedad industrializada estaba perdiendo todo su humanismo, sus salidas de la cadena de producción con los espasmos provocados de excesivo ritmo de la cadena impuesta por una voz deshumanizada, estan ligadas a una idea que engloba toda la película. El climax de locura por estrés entre los engranajes, sus persecuciones por la fábrica manchando de aceite a todos aquellos miembros del rebaño y el absurdo modo de dar de comer a su jefe cuando está atrapado en la máquina van en esa misma dirección. La libertad individual y la unidad son dignas de ser reclamadas, hasta el punto de ser capaz de liderar intencionadamente una manifestación en la que cae de forma accidental, pero con la que nos pretende arrastrar a todos hacia ese objetivo mediante un movimiento de cámara brillante.

No hay una visión maniquea en todo lo que nos muestra, además su discruso es honesto, no es casual que nos diga que una chica luchadora se niega a pasar hambre y nos la muestre robando plátanos para alimentar a sus hermanas pequeñas. Ni que disparen al padre de la chica, y que el disparo suene justo cuando ella aparece en primer plano. Realmente Chaplin nos dice en ese instante que es algo de ella lo que está muriendo, y después nos lo corrobora mediante un movimiento de cámara con la cual nos remarca el efecto de la muerte del padre en ella. Tampoco es casual la idea de comparar el hogar imaginario e idílico donde ellos viven feliz, con la cabaña ruinosa donde acaban viviendo temporalmente, creandonos una comparación espacial en la que nos muestra la constante lucha que deben mantener los personajes para conseguir lo que realmente desean. Las injustas casualidades que siempre fustran todos los pequeños rayos de esperanza que les surge, pero siempre surje ese movimiento de cámara que como rima visual, donde ellos comienzan a caminar y recreando una pequeña esperanza de nuevo. Y no importa que nos duelan los pies y los tengamos que airear como lo hace Chaplin al final de la película, ni que el camino andado ya haya sido largo. Lo mejor es levantarse, sonreir, hacer sonreir a tu compañera y afrontar el camino que contiene unas ásperas montañas al fondo.

"¿Para qué continuar?
Ánimo. No te rindas nunca.
¡Saldemos adelante!"

Yo usaría esta película como un elemento de tortura política. Cogería a todos los políticos del mundo, y los obligaría a verla una vez por semana. Pero no de cualquier modo. Les ataría, y les abriría los ojos como lo hicieron con Alex en La naranja mecánica, para que absorviesen bien todo lo que deben saber para ser unos políticos dignos.
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miércoles, 10 de marzo de 2010

¡Un hombre que observaba su entorno!


" Las complejidades cada vez mayores de la vida moderna, la invasión dinámica del siglo XX, mantienen al individuo cercado por diversas instituciones que le amenazan por todos lados, política, científica y ecónomicamente. Nos hemos convertido en víctimas de la limitación del almaa, de las sensaciones y de las cosas permitidas. [...] Nos hemos zambullido ciegamente en la fealdad y en el apiñamiento y hemos perdido nuestro sentido de la estética. Nuestro sentido de la vida ha quedado embotado por el ansia de ganancia, el poder y el monopolio. Hemos permitido que estas fuerzas nos envuelvan con descuido total de sus nefastas consecuencias. La ciencia, sin una inteligente orientación o sentido de la responsabilidad, nos ha entregado a los políticos y las armas militares de destrucción, que tienen en sus manos el destino de todos los seres vivos del planeta. Esta plétora de poder dejada en manos de hombres cuya responsabilidad moral y cuya competencia intelectual no son, y es lo menos que de ellos puede decirse, infalibles, y en muchos casos son discutibles, puede terminar en una guerra de exterminio de toda vida existente sobre la tierra. Sin embargo, vamos ciegamente hacia adelante."
Charles Chaplin

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martes, 9 de marzo de 2010

Un hombre soltero (A single man)



Direcci
ón Tom Ford
Guión Tom Ford, David Scearce
Fotografía Eduard Grau
Intérpretes Colin Firth, Julianne Moore, Matthew Goode...
USA 2009

Comenzar una película con unas imagenes iniciales un tanto asfixiantes, hace que implantes ese mismo tono fílmico similar para la totalidad de la película. Lo curioso es que, la práctica ausencia cromática que se aprecia en los minutos posteriores a las mencionadas imagenes, suponen un punto positivo para esa idea. Pero hasta ahí hemos llegado, puesto que esa idea se esfuma enseguida.

Un espacio idílico, limpio, pulcro, luminoso, ordenado y envuelto en un sonido naturalista en tono relajante rodea al protagonista. Intenta mostrar la agónica existencia de George Falconer (un excelente Colin Firth) vaciando un espacio prácticamente perfecto, hasta el vestuario resulta esplendoroso, pero no llega a construir visualmente esa agonía mediante una atmosfera que resulta demasiado bella, crea una frialdad digna de una sesión fotográfica pensada para la publicidad.

Realizar estiramientos de un tiempo que no llega a transcurrir para el personaje mediante cámaras lentas, es como poner una música estridente en el momento de mayor tensión de una película mala de suspense. Excesivo subrayado a esa idea del tiempo, apoyada con un sonido del reloj lento en ocasiones que resulta un tanto facilón, y mediante un montaje que incluso en los momentos de narración básicas comete errores no termina de ser del todo verosímil. Por no decir la idea de atrezzo que usa mediante la pistola, que resulta demasiado sencilla que roza el cliché. La sensación asfixiante se desvanece, resulta que la historia de amor truncada de George al fin y al cabo no es mostrada del modo agónico que nos quiere hacer sentir el trabajo de Colin Firth.

Pero hay cosas positivas y dignas de resaltar en esta primera incursión cinematográfica de Tom Ford. Como por ejemplo el recuerdo de Jim resaltado cromáticamente, la primera y desequilibrada imagen de Charlie ( una excesiva Julianne Moore) resacosa en la cama, el último plano de Charlie con la puerta cerrandose cuando George se va de su casa, son pequeñas bondades en una película que personalmente me gustó, pero que más bien saben a poco. Tom Ford queda lejos de hacer buen cine, pero al menos nos da algunos momentos dignos, que esperemos evolucionen en futuros proyectos.

domingo, 7 de marzo de 2010

¿Qué hacer para ganar un Oscar?



"¿Qué hacer para ganar un oscar?
Interpretar personajes bíblicos a todo color, a curas y víctimas de enfermedades dolorosas o trágicas: ceguera, sordera, mutismo, así como algunas variantes como el alcoholismo y la esquizofrenia u otros problemas mentales aparecidos en películas de éxito. Cuanto más trágica sea la enfermedad llevada a la pantalla, mayor oportunidad posee la pel
ícula de conseguir un oscar. "

Marlene Dietrich

jueves, 4 de marzo de 2010

Y el mundo marcha (The Crowd)


Dirección King Vidor
Gui
ón King Vidor, John V.A. Weaver
Fotograf
ía Henry Sharp
Int
érpretes James Murray, Eleanor Boardman, Bert Roach...
USA 1928

"Cuando ten
ía 21 años, se hizo como uno de los 7 millones de personas que cree que Nueva York depende de ellos."

Esta contundente frase define perfectamente la esencia de lo que nos quiere decir Vidor en esta pel
ícula, y como cada gran película todo lo que se lee en los intertitulos de ella está estrechamente ligado al discurso de ella. "Y el mundo marcha" dice muchas cosas aún siendo una película muda, pero es curioso cómo Vidor ya pide a gritos un cine sonoro, los planos usados como referencias sonoras como el tren, el timbre, la cisterna y otros tantos son fundamentales en el desarrollo de las secuencias a las que pertenecen, y nos aproxima a comprender al Vidor que en "Aleluya" introdujo por vez primera en la historia del cine el sonido de un modo creativo.

Pero Vidor ya puso de manifiesto su creatividad en esta película con tintes musicales, que pone en entredicho el individualismo en una época tan ostentosa como los felices años 20. El constante ritmo cinético de la multitud está en contraposición de la pasividad y el estatismo como persona de John Sims, el cual vive sometido a sus ambiguos y nada concretados sueños de ser rico algún día. Ya desde las imagenes iniciales, que funcionan como si fuese un prólogo, lo cinético esta siempre presente en los planos que incluyen algún elemento de la vida cotidiana de la actividad humana en la ciudad. Ante esa actividad donde el individuo se disuelve, Vidor destaca a John frente la multitud en contadas ocasiones, cómo delante de las cataratas del Niágara en el viaje de novios, usando la explosión de las aguas como metafora del amor consumado por John y Mary. Aunque la rima visual creada en otros dos momentos críticos para John, como la muerte de su padre y el accidente de su hija, nos demuestra la coherencia del director a la hora de posicionar la cámara y elegir el plano en función de lo que nos quiere mostrar.

Pero la coherencia es global, hasta en el guión, como cuando la pasividad y falta de iniciativa de John es definida en una secuencia donde su amigo Bert le ayuda a subir las escaleras como si fuese una marioneta incapaz de tomar las riendas. Sólo cuando toma la iniciativa, marcada con un movimiento de cámara que le comienza a introducir en lo cinético y con un plano de los pies de él y su hijo en movimiento, consigue avanzar con paso firme hacia la solución de sus conflictos.

Conflictos que marcan tambi
én su relación conyugal con Mary, perfectamente expresada mediante el espacio de convivencia común de ambos, la catarata antes mencionada, un pequeño apartamento que comienza a tener averías por todas partes proyectando el deterioro de la relación, un piso donde cada uno es mostrado en habitaciones distintas para reflejar el distanciamiento, hasta llegar a quedarse uno al exterior de la vivienda y el otro en el interior. Pero Vidor resuelve el momento más crítico de ambos en un memorable momento donde en un juego de plano contraplano, nos muestra a Mary la incapacidad de abandonar a John, en donde Mary sale de un contraplano para introducirse en otras 3 ocasiones en otro contraplano similar.

En definitiva mediante aspectos cotidianos de un hombre común como John Sims, Vidor a su parecer y con una sencillez y contundencia digna de los maestros del cine, es capaz de construir una película que habla sobre el excesivo ideal individualista que rodeaba la sociedad contemporanea en la que vivía. Me pregunto cómo haría hoy en día Vidor una película con la misma temática.

"La multitud ríe contigo siempre... Pero llora contigo sólo un día"


lunes, 1 de marzo de 2010

Avatar



Dirección y guión James Cameron
Fotograf
ía Mauro Fiore, Vince Pace
Montaje John Refoua, Stephen Rivkin
M
úsica James Horner
Int
érpretes Sam Worthtington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Stephen Lang...
USA 2009






Avatar fu
é anunciada como una película que marcaría un antes y un después en la industria del cine hollywodiense, al igual que lo marcaron títulos setenteros como "Tiburón" de Spielberg o "Star Wars" de Lucas. Pero sólo consigue rebasar esa frontera desde un punto de vista tecnológico y comercial, puesto que al igual que las dos anteriormente mencionadas, Avatar no es una película novedosa desde un punto de vista cinematográfico. Y está muy lejos de serlo.
Una pel
ícula que demuestra su débil e insulso guión, con un final a lo deus ex machina, no merece muchos más comentarios al respecto. Todo el intento de presentarnos un discurso de caracter ecologista queda en un maniqueo tratamiento del tema, uno no siente el deseo de plantar un árbol después de ver esos espacios plásticos, no se termina de empatizar con un espacio iluminado de un modo tan poco expresivo, y el espacio siempre resulta esencial; no consigue proyectar nada de lo que realmente quiere decir.
Todo en la película resulta superficial y previsible. Está filmado de un modo muy simple, prácticamente en plano contraplano y con movimientos de cámara que resultan efectistas y poco eficientes.
Realmente resulta decepcionante ver cómo una productora derrocha 300 millones de dólares en alguien que busca nuevos juguetes con los que crear fuegos artificiales que se disuelven en cuenstión de segundos en nuestras retinas. Avatar es un producto envuelto en un papel llamado 3D que se vende como novedoso, pero de contenido inconsistente y anticuado.