viernes, 23 de abril de 2010

Alicia en el país de las maravillas (Alice in wonderland)


Dirección Tim Burton
Guión Linda Woolverton
Fotografía Dariuzs Wolski
Montaje Chris Lebenzon
Intérpretes Johny Depp, Mia Wasikowska, Helena Bonham Carter...
USA 2010

Hay películas que crean una gran espectación entre el público, por un marketing expléndido, por ser la adaptación de alguna obra popular o por ser la última película de algún director mediático. Entre el público parecen ser ya grandes películas incluso antes de haber sido siquiera visualizadas, y encuentran un prematuro hueco en la cultura popular. Y ese es el caso de Alicia en el país de la maravillas, puesto que antes de haber sido estrenada se daba por hecho que sería una de las películas del año y que su éxito estaba cantado. Pero personalmente yo no me espero mucho de una película que lleve la firma de Tim Burton, puesto que no veo nada creativo en su cine más allá de un imaginario estético muy poco expresivo.

Aunque Burton cuenta con toda una legión de seguidores, y estos se sentían ilusionados al ver que su efervescencia imaginaria estuviese al servicio de un relato muy propicio para romper los límites de su imaginación. Pero algunos no creemos en sus capacidades expresivas, y por desgracia en ésta su última película no nos aporta nada nuevo y se queda lejos de sus películas más dignas. Para mí Burton destaca especialmente por desperdiciar grandes ideas, y recuerdo sus películas más dignas, pero que ni siquiera llegan a ser realmente buenas, como Mars Attack (Para mí su mejor obra), Sleepy Hollow, Eduardo manostijeras o Ed Wood. Y en éste caso, aunque la idea no me resulte demasiado atractiva, Burton sigue encallado en su estética visual puramente onanista. Desde mi punto de vista, lo fantástico no debe dejar atrás todos los recursos cinematográficos, y los debería usar de un modo expresivo, puesto que de ese modo la fantasía superaría todas esas imágenes plásticas y se transformarían en pura emoción. Pero Burton es como esa clase de fotógrafos carentes de visión sobre lo que fotografían, y que echan mano al photoshop para intentar dar una belleza vacía a unas imagenes que son incapaces de expresar lo más mínimo por sí solas.

Alicia es una película plana y nada virtuosa. Es incapaz de crear emoción alguna, ni siquiera con el subrayado musical en el climax, y todo ello por su falta de creatividad al filmar, su modo de posicionar la cámara a la hora de observar la acción, la ausencia de ideas del uso de la luz y la falta de un planteamiento espacial realmente creativo. No me dice mucho en pueblo arrasado en el pasado por el Galimatazo bajo las ordenes de la reina roja, excusado por un flashback un tanto forzado. O el uso poco sutil de los efectos especiales de última hora al servicio del efectismo realizado para una proyección en 3D de une película pensada en 2D, como el vuelo final de la mariposa o los rayos expulsados por el Galimatazo mientras Alicia se refugia tras el poste, sin aprovechar las posibilidades expresivas que puede aportar el 3D a la hora de componer el plano. Claro todo ello por capricho de Disney, en busca de una mayor rentabilidad económica y sin que les importe nada que la película pierda calidad visual.

No deja de ser decepcionante que un director así desperdicie su talento visual en crear mundos puramente fantásticos carentes de una expresividad sólida, y nos demuestre una y otra vez su incapacidad de aprovechar bien las buenas ideas.

jueves, 25 de marzo de 2010

Shutter island



Dirección Martin Scorsese
Guión Laeta Kalogrindis
Fotografía Robert Richardson
Montaje Thelma Schoomaker
Intérpretes Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Max von Sydow...
USA 2010

Hay veces que el espectador medio se siente estafado después de ver una película. En esta ocasión se acusa a Shtter Island de tener un final forzado, de tener una vuelta de tuerca de más, de querer sorprender al espectador y no conseguirlo. Pero eso no es cierto, puesto que no es lo que busca, Scorsese es honesto en el palnteamiento de la película, y no realiza ninguna vuelta de tuerca argumental. Todo está cosntruido mediante el punto de vista al que se acoge, centrado unicamente en Teddy Daniels(Leonardo DiCaprio). Si. Teddy Daniels, puesto que es como cree llamarse el protagonista. Scorsese demuestra ser coherente a la hora de dominar el punto de vista (Gran clave para comprender realmente el cine de Hitchcock), hace que la película mantenga un tono digno, porque si no llega a dominarlo como en la mayoría del cine actual, se hubiese derrumbado toda la película.

Somos advertidos desde el primer momento de la película con qué clase de personaje nos embarcamos, la mostrada dualidad en el plano donde aparece reflejado en el espejo y con el juego de zooms y enfoques que realiza cuando se mira al espejo (A cámara, como mostrandonos su lado más íntimo). La primera visión de su compañero Chuck (Marck Ruffalo) desde el interior de la reja también nos advierte la posición inicial en la que se encuentra Teddy, es decir, encerrado de algún modo. Todo es aparente, la sensación de falsedad del cielo que muestra al inicio, la torpeza de Chuck al quitarse el revolver a la hora de entregarselo a los guardias, la supuestamente excesiva tensión mostrada por los guardias a la llegada, la falta de verosimilitud en la supuesta huida de Rachel de su habitación, y un largo etcétera de una lista que resultaría muy larga.

Shutter Island es un lugar donde la violencia es neutralizada. Teddy es un personaje marcado por la violencia. Scorsese nos crea un lugar confuso, caótico e inquietante, vease el laberíntico pabellón C en contraposición con el impresionante salón del Dr. Cawley (Ben Kingsley), ambos teñidos de un rojo violento. O la cada vez más potente tormenta huracanada, que refleja el progresivo deterioro de Teddy hasta llegar a las mayores migrañas, mostrandonos un personaje perdido en su mundo onírico. Abandona la coherencia en una investigación cada vez más confusa, hasta introducirse totalmente en ella.
ó á í ú é
En esta ocasión Scorsese nos entrega una buena película, pero lejos del gran Scorsese de Toro salvaje o Uno de los nuestros. Sin embargo, está más cerca de sus mejores épocas que en sus anteriores entregas fílmicas. De alguna manera se acerca más al tema que ensambla sus trabajos, la violencia y un personaje que acaba de alguna manera destruido por ella. Y no es de extrañar que la última frase que diga Teddy Daniels sea.

"¿Qué sería peor vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?".


Ni que la última imagen de la película sea el faro, y todos sabemos lo que significaba para Teddy el faro.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Tiempos modernos (Modern times)



Dirección, guión y música Charles Chaplin
Fotografía Rollie Totheroh, Ire Morgan
Intérpretes Charles Chaplin, Paulette Goddard
USA 1936

"Tiempos modernos. Una historia sobre la industria, la iniciativa individual y la cruzada humana en busca de la felicidad"

Y ciertamente es de lo que nos habla Chaplin en esta brillante película, a la que le sumaremos su visión humana de la vida y su rechazo a toda jerarquía que llega a mecanizar al ser humano como borregos carentes de libertad individual. Puesto que las imagenes iniciales en donde compara al rebaño de ovejas con las personas que entran en la fábrica nos marca toda la temática de la que tratará durante la duración de la película.

¿Pero habla? Chaplin no era muy partidario del cine sonoro, o más bien no era partidario del uso que daban al sonido de forma mayoritaria en el cine. Aunque él lo usó de un modo brillante en su segunda película con algún contenido sonoro. De hecho apenas habla nadie de un modo sonoro en la película, su oposición sonora está usada de un modo contundente, solamente hablan aquellos personajes o elementos que obstaculizan a nuestro trabajador protagonista, como cuando el dueño de la fábrica ordena aumentar la velocidad, la presentación absurda de la terrorífica máquina alimentadora o cuando anuncian su indulto en la rádio (puesto que salir de la carcel, suponía perder todas las comodidades que tenía en ella). No hace falta hablar para decir lo que quiere, mostrar es suficiente, todos entendemos lo que dice la canción que canta en el restaurante al final de la película, y eso que la lengua que usa es inventada sólo para esa ocasión. Nos demuestra que un gesto, una mirada o una acción son suficientes para calar hondo.

Por encima de todo esto, Chaplin destaca por su humanismo. Para él la sociedad industrializada estaba perdiendo todo su humanismo, sus salidas de la cadena de producción con los espasmos provocados de excesivo ritmo de la cadena impuesta por una voz deshumanizada, estan ligadas a una idea que engloba toda la película. El climax de locura por estrés entre los engranajes, sus persecuciones por la fábrica manchando de aceite a todos aquellos miembros del rebaño y el absurdo modo de dar de comer a su jefe cuando está atrapado en la máquina van en esa misma dirección. La libertad individual y la unidad son dignas de ser reclamadas, hasta el punto de ser capaz de liderar intencionadamente una manifestación en la que cae de forma accidental, pero con la que nos pretende arrastrar a todos hacia ese objetivo mediante un movimiento de cámara brillante.

No hay una visión maniquea en todo lo que nos muestra, además su discruso es honesto, no es casual que nos diga que una chica luchadora se niega a pasar hambre y nos la muestre robando plátanos para alimentar a sus hermanas pequeñas. Ni que disparen al padre de la chica, y que el disparo suene justo cuando ella aparece en primer plano. Realmente Chaplin nos dice en ese instante que es algo de ella lo que está muriendo, y después nos lo corrobora mediante un movimiento de cámara con la cual nos remarca el efecto de la muerte del padre en ella. Tampoco es casual la idea de comparar el hogar imaginario e idílico donde ellos viven feliz, con la cabaña ruinosa donde acaban viviendo temporalmente, creandonos una comparación espacial en la que nos muestra la constante lucha que deben mantener los personajes para conseguir lo que realmente desean. Las injustas casualidades que siempre fustran todos los pequeños rayos de esperanza que les surge, pero siempre surje ese movimiento de cámara que como rima visual, donde ellos comienzan a caminar y recreando una pequeña esperanza de nuevo. Y no importa que nos duelan los pies y los tengamos que airear como lo hace Chaplin al final de la película, ni que el camino andado ya haya sido largo. Lo mejor es levantarse, sonreir, hacer sonreir a tu compañera y afrontar el camino que contiene unas ásperas montañas al fondo.

"¿Para qué continuar?
Ánimo. No te rindas nunca.
¡Saldemos adelante!"

Yo usaría esta película como un elemento de tortura política. Cogería a todos los políticos del mundo, y los obligaría a verla una vez por semana. Pero no de cualquier modo. Les ataría, y les abriría los ojos como lo hicieron con Alex en La naranja mecánica, para que absorviesen bien todo lo que deben saber para ser unos políticos dignos.
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miércoles, 10 de marzo de 2010

¡Un hombre que observaba su entorno!


" Las complejidades cada vez mayores de la vida moderna, la invasión dinámica del siglo XX, mantienen al individuo cercado por diversas instituciones que le amenazan por todos lados, política, científica y ecónomicamente. Nos hemos convertido en víctimas de la limitación del almaa, de las sensaciones y de las cosas permitidas. [...] Nos hemos zambullido ciegamente en la fealdad y en el apiñamiento y hemos perdido nuestro sentido de la estética. Nuestro sentido de la vida ha quedado embotado por el ansia de ganancia, el poder y el monopolio. Hemos permitido que estas fuerzas nos envuelvan con descuido total de sus nefastas consecuencias. La ciencia, sin una inteligente orientación o sentido de la responsabilidad, nos ha entregado a los políticos y las armas militares de destrucción, que tienen en sus manos el destino de todos los seres vivos del planeta. Esta plétora de poder dejada en manos de hombres cuya responsabilidad moral y cuya competencia intelectual no son, y es lo menos que de ellos puede decirse, infalibles, y en muchos casos son discutibles, puede terminar en una guerra de exterminio de toda vida existente sobre la tierra. Sin embargo, vamos ciegamente hacia adelante."
Charles Chaplin

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martes, 9 de marzo de 2010

Un hombre soltero (A single man)



Direcci
ón Tom Ford
Guión Tom Ford, David Scearce
Fotografía Eduard Grau
Intérpretes Colin Firth, Julianne Moore, Matthew Goode...
USA 2009

Comenzar una película con unas imagenes iniciales un tanto asfixiantes, hace que implantes ese mismo tono fílmico similar para la totalidad de la película. Lo curioso es que, la práctica ausencia cromática que se aprecia en los minutos posteriores a las mencionadas imagenes, suponen un punto positivo para esa idea. Pero hasta ahí hemos llegado, puesto que esa idea se esfuma enseguida.

Un espacio idílico, limpio, pulcro, luminoso, ordenado y envuelto en un sonido naturalista en tono relajante rodea al protagonista. Intenta mostrar la agónica existencia de George Falconer (un excelente Colin Firth) vaciando un espacio prácticamente perfecto, hasta el vestuario resulta esplendoroso, pero no llega a construir visualmente esa agonía mediante una atmosfera que resulta demasiado bella, crea una frialdad digna de una sesión fotográfica pensada para la publicidad.

Realizar estiramientos de un tiempo que no llega a transcurrir para el personaje mediante cámaras lentas, es como poner una música estridente en el momento de mayor tensión de una película mala de suspense. Excesivo subrayado a esa idea del tiempo, apoyada con un sonido del reloj lento en ocasiones que resulta un tanto facilón, y mediante un montaje que incluso en los momentos de narración básicas comete errores no termina de ser del todo verosímil. Por no decir la idea de atrezzo que usa mediante la pistola, que resulta demasiado sencilla que roza el cliché. La sensación asfixiante se desvanece, resulta que la historia de amor truncada de George al fin y al cabo no es mostrada del modo agónico que nos quiere hacer sentir el trabajo de Colin Firth.

Pero hay cosas positivas y dignas de resaltar en esta primera incursión cinematográfica de Tom Ford. Como por ejemplo el recuerdo de Jim resaltado cromáticamente, la primera y desequilibrada imagen de Charlie ( una excesiva Julianne Moore) resacosa en la cama, el último plano de Charlie con la puerta cerrandose cuando George se va de su casa, son pequeñas bondades en una película que personalmente me gustó, pero que más bien saben a poco. Tom Ford queda lejos de hacer buen cine, pero al menos nos da algunos momentos dignos, que esperemos evolucionen en futuros proyectos.